
BLACKWORK / BLACK OUT
Esta práctica, inspirada en los tatuajes tribales, no es nueva. En su estudio en Singapur, Chester Lee, considerado el líder, la propone desde hace cinco años. Northside Tattooz y Second City Tattoo Club, en Londres, lo siguieron. Si existe desde hace años, ¿por qué el “blackout”recién estalla hoy? “El gusto por las superficies negras se va adquiriendo con el paso del tiempo”, explica Chester Lee a Mic.
El blackout, método de camuflaje
Al principio, el “blackwork”se utilizaba más como camuflaje que como adorno. Los clientes pedían una superficie negra para cubrir un tatuaje que ya no querían. El método puede parecer radical, necesita “muchísimas horas de trabajo”y es “muy doloroso”, confiesa Chester Lee. Pero sigue siendo una buena alternativa al láser, una técnica médica onerosa (hasta 200 € por sesión) y que no siempre da los resultados esperados. Aunque la tinta desaparezca bien, puede dejar cicatrices indelebles.
Poco a poco, esta especie de pantalla negra fue vista por los amantes de tatuajes como algo estético. Linjojo’z, la mujer que se ve en el post de Instagram de Chester, es un ejemplo. “Me gusta la idea de tener partes de mi cuerpo completamente ennegrecidas”, escribe en su cuenta. Para Chester, que tiene él mismo un cuarto de su rostro con blackout, esta técnica, que preconiza las líneas simples, alcanzó “la forma más pura del arte del tatuaje”, y termina siendo un elemento más en la tendencia minimalista que se observa en la moda y en el diseño.
Para Maxime Buchi, fundador del estudio Sang Bleu en Londres, el backout es tan solo la continuación lógica del éxito que tiene el tatuaje desde hace años, “una especie de edad de oro” del tatuaje, le dijo a The Guardian. Ahora que los jóvenes se acostumbraron a las agujas, “cada vez son más los que van hacia formas extremas”. Hasta el punto de llenarse de tinta, en algunos casos, casi todo el cuerpo.